¡Llega el verano!


Cada día atiendo más consultas sobre nuevos amores apenas recién estrenados, y no debería ser de otro modo, pues al fin llega el verano con todo su amplio y variado espectro de realidades favorables al crecimiento de nuestras energías en Amor… El Sol luciente y glorioso nos calienta e ilumina… Muchos son los que ya disfrutan de unas bien merecidas vacaciones, y eso significa disponer de más tiempo para nosotros y de menos obligaciones para con nuestro (extraño) entramado social. Hay playa, hay mar… Está el dulce ronroneo de las olas, exhortándonos a zambullirnos en una atractiva molicie que regala potencia a nuestros sentidos más humanos… O la montaña silenciosa y vasta, regalándonos estable tranquilidad…. O alguna ciudad ajena. O la propia, incluso… Lo que hay, lo que existe, es tiempo para nuestra vida más íntima y personal.
Tiempo para nosotros.
Tiempo propio. Y mucho Sol.
Se suceden, pues, los nuevos lances amorosos, y mis arcanos literalmente echan humo. Gracias por confiar en ellos. Se las ofrezco a Sandra, cuyo romance con Paolo está llamado a ser tan arrebatadoramente intenso, que llegará a prolongarse a pesar de la distancia por espacio de no menos de seis meses, hasta estacionarse en una sana y larga amistad… A Angelina, cuyo vacío sentimental podrá verse felizmente ocupado antes de agosto por un hombre maduro y centrado que será capaz de ofrecerle tanto apoyo y reconocimiento como aventura y pasión… A Sandra, cuyo amante necesitará aún de más tiempo para desligarse totalmente de su ex mujer, pero que no perderá el interés por la limpia relación que mantiene con Sandra, pese a las señales de enfriamiento y lejanía que tanto te hacen sufrir… (Necesita tiempo, Sandra; dáselo desde tu contención y tu temple)… A Javier, cuya potencial pareja aparecerá o en junio o en septiembre, siempre y cuando sea él capaz de seguir renovándose en su modo de actuar como hombre cercano a los cincuenta. (Libérate de tus arquetipos sin miedo, Javier, no temas conocer nuevas realidades en tu interior…). Y, en fin, también a Marisa, cuyo hombre conocido en la Costa Brava no es el indicado, sino que éste deberá aparecer hacia mediados del mes de julio… (Intenta escapar a dicha costa algún fin de semana de ese mes, lástima que tus vacaciones sean en junio pero tranquila… ¡Aparecerá!).
Tengamos claro, especialmente en esta época del año, que la energía sexual es la energía más sutil y poderosa que nuestro ser genera. Es, pues, mucho más que una mera pulsión biológica animal, ya que en el ser humano la sexualidad no responde a un ciclo periódico de celo, sino que es permanentemente una de las principales inquietudes de su espíritu. Es transnatural: sobrepasa a nuestra naturaleza estrictamente homínida. Va mucho más allá. El sexo representa en nuestra especie la unión cósmica de los opuestos (no hombre y mujer, sino ser humano y ser humano), la fusión de dos (o más) energías humanas primordiales (que no, simplemente, dos energías –o más– homínidas primordiales). Y no podía ser de otro modo, pues todo humano está llamado a trascender.
¡Ojo! Eso es así a pesar de los mensajes arquetípicos de nuestra sociedad respecto al sexo. Concretamente en nuestra sociedad española, ha pasado en el transcurso de apenas una década, de una generación, de ser un campo tabú (en una dictadura católica) a ser campo de libertinaje (en una democracia de capitalismo neoliberal). De uno a otro extremo en una imaginaria línea, en cuyos extremos opuestos podríamos situar el NADA ESTÁ PERMITIDO y el TODO VALE con tal de “echar un polvo”.
De hecho, podemos afirmar que hoy a nuestro mundo lo mueve el sexo, y al sexo lo mueve el dinero. ¡No escuchemos los mensajes con que nos bombardean los mass media! Detrás de esa vana “educación” sexual que ofrecen, subyacen oscuros intereses materiales que no hacen sino de-generar nuestro apetito sexual, y especialmente en verano, pues ya sabemos que esta es época propicia para nuestro reverdecer energético. Sucede igual con cualquier atributo propio de nuestra especie. Podemos generarlo, podemos de-generarlo, podemos re-generarlo y cerrar el círculo y empezar de nuevo por el camino de la generación de dicho atributo en clave de Luz.
¿Cómo? En Clave de Luz significa en clave de Amor. Hagamos que nuestro sexo sea Amor, y no sólo placer carnal, deseo de satisfacción o simple alimento del ego propio. Logremos que cada intercambio energético entre los brazos de otro ser humano tenga la dimensión de grandeza y majestad de eso que llamamos Amor. El sexo es un intercambio de energías que siempre debe ser capaz de regenerarnos anímica y energéticamente. Es una práctica Sagrada capaz de abrirnos las puertas del mismo Paraíso. Dejemos de ser nosotros mismos quienes nos las cerremos. El Tarot Evolutivo nos brinda esa posibilidad de manera clara y eficaz. ¡Desde luego que sí lo hace!