De amores y despechos...


Cada día me llegan vuestras consultas sobre emociones, sentimientos y pensamientos relacionados con el amor y la pareja. Sois muchos los encadenados a relaciones que os disgustan, pero que al mismo tiempo os atraen y parecéis necesitar... Inasequibles al desaliento, pero embargados por el desajuste y el dolor, seguís dando AMOR (o esperando a poder hacerlo), con la esperanza de recibir en equivalencia a vuestra entrega… ¡O más incluso!
Si damos por sentado que nuestro objetivo común es el de hallar un amor incondicional e ilimitado, entenderemos porqué seguimos buscando iniciar romances que deriven en algo tan superior como un lazo amoroso enérgico y duradero, cargado de intimidad y de pasión. Siendo que nuestro espíritu tiende a la Luz en su proceso de evolución desde nuestro yo homínido a nuestro yo humano, el modo en que vivamos nuestros sentimientos y emociones nos hará más firmes candidatos a decantarnos hacia uno u otro polo de esa dicotomía que marca nuestra especie.
Cada relación amorosa que vivamos, pues, nos marcará una serie de lecciones específicas, de cuyo cumplimiento dependerá nuestro paso a un nivel espiritual superior. Esto es así en tanto que el sentimiento es el lenguaje de nuestro espíritu y alma, que para mí son lo mismo. Ante la dualidad entre Tricotomitas (quienes distinguen entre cuerpo, alma y espíritu) y Dicotomitas (quienes lo hacen sólo entre espíritu o alma y cuerpo), yo me sitúo entre los partidarios de la segunda opción. De hecho, en la Biblia sólo hay un par de pasajes (Hebreos 4:12 y Tesalonicenses 5:23) donde los Tricotomitas puedan basarse para defender su posición, pero en fin… Ese es otro tema, no nos desviemos… Importa recalcar que lo que nuestros sentimientos hablen, cuál sea el continente y el contenido de sus mensajes, nos hará mejores o peores seres humanos.
¿Qué es sentimiento y qué emoción?
La emoción es una compleja respuesta química y neuronal capaz de originar un patrón distintivo en nuestro comportamiento automático de respuesta. El sentimiento es la evaluación consciente que realizamos de nuestro estado psicofísico ante nuestra conducta o respuesta emocional. Es decir: recibimos un estímulo emocional y reaccionamos mediante los mecanismos innatos del cerebro (o reacciones primarias) y mediante nuestro arquetipo aprendido (respuestas conductuales o emociones secundarias). A continuación, evaluamos conscientemente la respuesta emocional que hemos dado y nos situamos en uno u otro sentimiento final: de satisfacción o frustración, de aprobación o rechazo, de honra u oprobio, de amor u odio…
La pasión es una emoción, mientras que el amor es un sentimiento. Lo mismo para los binomios tristeza/depresión, rabia/odio, euforia/alegría…
Es decir: todo mensaje emocional experimentado en nuestra vida ha de ser recibido intensa y/o repetidamente antes de echar raíces en la mente subconsciente. Cuando esa información de vida se inserte en el subconsciente, influirá en nuestro comportamiento futuro en forma de sentimiento. Y cuanto más se repita esa información de vida emocional, su sentimiento asociado será más recio, estará más profundamente grabado en el subconsciente y con más fuerza y automaticidad orientará nuestra existencia.
Así es como alcanzamos la cognición de la emoción: generando un sentimiento duradero y firme que rija nuestro devenir. Si emoción y cognición se integran correctamente, nuestros sentimientos estarán orientados en la dirección adecuada: nuestra autorrealización en clave de felicidad.
Visto así, el origen de nuestros sentimientos hacia las situaciones y personas de nuestra vida no está tanto en lo que esas situaciones y personas provoquen en nosotros, sino en lo que nosotros pensemos acerca de las otras personas y de lo que nos provocan. Por lo tanto, la mejor forma de manejar las emociones y sentimientos que nos causan problemas (y que nos aproximan a la zona oscura del yo homínido), es cambiando los pensamientos que los producen, mantienen e incrementan. Es lo que en Tarot Evolutivo denominamos “cortar el mental” o también “destruir el arquetipo”.
De ese modo, nos mejoraremos por medio de nuestro avance hacia el yo humano regido por la Luz.
Un ejemplo práctico.
Tal es el de una consultante envuelta en una conflictiva situación amorosa. Ama a un hombre que también la ama a ella, pero que sigue encadenado a otra mujer, madre de sus hijos, sin que medie entre ellos tanto amor como dependencia por unos lazos afectivos ya caducos, fríos, laxos, y cuyos principales activos son los de sus hijos en común, el chantaje emocional por parte de ella, y el sentimiento de culpa por parte de él. De hecho, no hay entre ellos convivencia desde hace años.
Bien. Una de las energías comportamentales que mis arcanos solicitaban a dicha consultante era la de contención y temple para con la situación de su enamorado. No es desde luego ni agradable ni sano amar a alguien a escondidas, y más si ese alguien reparte sus afectos entre dos mujeres. Sin embargo, el amor auténtico es el que transige con las debilidades del ser amado, y trabaja con afecto y entrega en pro de su resolución.
Una de las preguntas a mi Tarot de esta consultante fue si debía ella comunicar a “la otra” su existencia, y el mensaje de respuesta fue claro y contundente: “Tú, no. Esa es responsabilidad de tu amado. Tú sólo debes porfiar en que algún día él tenga la energía y clarividencia necesarias para hacerlo”.
Sin embargo, no lo hizo así… Ambos disfrutaron de su primer fin de semana juntos, plena intimidad para ellos en un espacio/tiempo sólo suyo… Una ocasión propicia para aclarar posiciones, para exponer demandas, para trazar estrategias conjuntas desde el goce del amor compartido, capaces de encarrilar su complicada historia hacia una siguiente etapa de mayor satisfacción mutua a la luz de la Luz… En ocasión de ese fin de semana compartido, las emociones puntuales de euforia y pasión de sus protagonistas trabajarían hasta afianzarse en sentimientos duraderos de alegría y amor, afianzando de ese modo la relación entre ambos. Por la parte de la ex despechada, sus emociones puntuales de rabia y tristeza darían paso a sentimientos duraderos de odio y depresión… ¡Ella no me consulta y no puedo aconsejarla!
El problema es que, antes de la excursión, mi consultante cometió el error de disminuir su nivel de vibración a campos oscuros, desoyendo el consejo de mis Arcanos. Mediante una enrevesada conspiración anónima, hizo saber a su contrincante de su existencia, y con ello insufló negatividad en la respuesta de ella, que ya de por sí iba a ser en nada comprensiva o conciliadora.
Y en la de él, pues si mi consultante debía trabajar su Luz propia para orientar con ella la tortuosa sentimentalidad de su galán, con ese desafortunado acto no hizo sino justificar las dudas y prevenciones de su enamorado hacia ella, y potenciarlas.
¡Ojo! No dice mi Tarot que “la culpa sea de…”, sino que en un juego de oscuridades a tres bandas, mi consultante debía ser la Luz refulgente y orientadora, y no otra oscuridad más. Atención a esto: cuando nuestras emociones, sentimientos y pensamientos se entrelazan hasta formar una única unidad, adquieren tal fuerza que nos dominan hasta el punto de controlar nuestra vida. Si la emoción y su cognición se integran correctamente, nuestros sentimientos estarán orientados en la dirección adecuada: hacia nuestra autorrealización en clave de la felicidad de la Luz.
En caso contrario, nos seguiremos (auto) orientando hacia la frustración de la Oscuridad. Y esto vale con o sin la compañía del galán en cuestión.
Aquí el Tarot Evolutivo es un arma muy eficaz. Desenmascara y aclara, redefine y reajusta, y nos libera de la pesada carga de la confusión generada por pensamientos erróneos, fruto de la errónea gestión de emociones y sentimientos. Permite, pues, poner de manifiesto los aspectos más ocultos de nuestra mente, de manera que podamos explorarlos, conocerlos y darles una vía de resolución para todos los seres implicados tan efectiva como limpia. Y esto vale también por las segundas y terceras personas por las que preguntáis. Sabed, pues, en suma, que toda emoción, sentimiento y pensamiento negativos debe ser transformado en oportunidad de limpia realización humana. Ello es posible mediante el empleo de paciencia, comprensión y tolerancia. De otro modo, nos enquistaremos en peligrosos resentimientos que, a su vez, generarán y/o potenciarán las capacidades destructivas propias y ajenas a través del rencor y del odio. ¡Un tortuoso camino que lleva a la autodestrucción!